El romanticismo gótico de Tim Burton en 'Eduardo Manostijeras'
- Uiso Crespo
- 17 abr 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 11 may 2020
Análisis con spoiler de la película de 1990
La década de los noventa arrancó con películas que han pasado a la historia como un valor seguro para el público, especialmente cuando se emiten por televisión. Solo en casa, Pretty Woman o Ghost son un claro ejemplo de ello. Si bien, hay otras que con el paso del tiempo han logrado hacerse el hueco que se merecen tanto para la crítica como para el público. Es algo que sucede con Eduardo Manostijeras. Fue la película que, un año después de Batman, lanzó la carrera de Tim Burton mostrando a la industria que él llegaba para ser diferente al resto. Lo hizo así porque su cine no es muy común, no hay otro director que traslade las imágenes de los cuentos con su estilo. Eso le convierte en alguien especial, en un cineasta único.
Tiene un don para trasladarle al público historias nacidas a través de cuentos. En el caso de Eduardo Manostijeras, a priori, se puede pensar que esa idea es algo que ya hemos visto en La princesa prometida, por ejemplo. Es cierto, pero está hecho de tal forma que desde el principio nos está diciendo que esto es un cuento, así que es mejor no plantearse algunas dudas que en una historia real no podrían suceder. En el libro Generación Titanic: El libro del cine de los 90, cuenta que Tom Cruise mostró interés en el proyecto, pero empezó a cuestionarse cosas como “¿cómo iría el protagonista al baño?”. Burton quería ceñirse a su idea inicial y por eso decidió mantenerla firme, algo que convierte a la película en mágica.
Precisamente Edward es un personaje que desde el primer momento lo muestran en un castillo repleto de telarañas, donde predomina el blanco y el negro. De alguna manera representa la soledad y el estilo gótico que Burton ha puesto de moda a lo largo de su filmografía. El personaje tiene unas habilidades que no llaman la atención porque la mayoría de gente solo ve que sus manos son tijeras. Algo similar pasa en la vida cuando llega una persona con algún tipo de discapacidad y se la desprecia únicamente por la apariencia cuando se ha demostrado que hay personas muy capaces de todo.
Este largometraje refleja la confianza en personas con un don especial que mucho no saben ver a simple vista
Al principio le ven como alguien incapaz de coger un vaso, un cubierto o similar. Sin embargo, su madre adoptiva (Dianne Wiest) en todo momento se preocupa por él porque le quiere. Trata de potenciar todas las habilidades que tiene haciéndole ver que con sus manos -tijeras- puede cortar las verduras a un ritmo muy superior al del resto de humanos. Refleja de alguna forma la confianza en personas con un don especial que muchos no saben ver.
El primer contacto que tiene con Kim (Winona Ryder), la hija adolescente de su madre adoptiva, le produce un susto que le deja huella durante los primeros días, pero ahí está la madre para hacerle ver de lo que es capaz. Por otro lado, toda la familia y el barrio le ven que tiene un don para cortar los árboles por eso los acaba dejando en forma de animales. Ahí se aprecia que los vecinos le ven útil y tratan de aprovecharle para sus intereses, incluyendo cortarles el pelo de humanos y animales. Le asocian como un chico con un don para la peluquería.

Fotograma del vídeo en el que se presenta la película
¿Se aprovechan de Edward?
Aprovecharse de una persona especial es algo que también se ve muy bien en El hombre elefante y, recientemente, en la española Handia. Lo que sucede en Eduardo Manostijeras es que el protagonista tiene una familia, adoptiva, que le apoya, cada uno a su manera. Eso no quita que aparezca también el tópico de “deberías ir al médico”, algo muy común cuando alguien tiene habilidades especiales y en lugar de trabajar en potenciarlas se le discrimina por lo que ven a simple vista.
El barrio en el que vive es muy peculiar pero el espectador lo acepta porque es un cuento. La mansión de la que él procede es muy oscura, pese a tener los árboles decorados en forma de animales. Todo lo contrario que su nuevo hogar, en el que predomina un colorido muy llamativo, como en Florida Project. En este caso lo hace para demostrar que hay vida en esa zona residencial en la que el romanticismo gótico no encaja para la mayoría de la sociedad. Curiosamente los hombres salen todos a trabajar a la misma hora y las mujeres que se quedan en las casas aparecen como marujas que actúan en función de lo que ven y oyen. Por eso cuando Edward les corta el pelo están muy contentas pero cuando les dicen que él ha provocado alguna herida a alguien o que ha robado le tachan de bonachón.
Tim Burton demuestra con esta película que él es diferente a la industria y a la mayoría de la sociedad
Es cierto que en ningún momento se habla de la edad que tiene el protagonista, ni si es una máquina o un hombre porque apenas gesticula. Sí que resalta que él tiene sentimientos, aunque le vean un bicho raro. Ahí lo que quiere resaltar el director es que cada persona es única y que, sin tratar de hacer daño a nadie, él va haciendo su vida, aunque los demás no quieran verlo. Por eso es objeto de envidia por parte de muchos vecinos, en especial de Jim (Anthony Michael Hall), el novio de Kim. Desde el principio muestra desprecio hacia Edward, incluso desaprobando el aprecio que tiene Kim hacia él.
En la parte final, madre e hija mantienen una charla en la que la progenitora se da cuenta de las consecuencias que tiene tener un hijo con características diferentes al resto. Es en ese momento cuando la madre duda por primera vez de si merece la pena seguir teniéndole en la familia. Ahí lo que está haciendo es poner en valor la actitud de las familias cuando se paran a pensar qué hacer con su hijo, cómo seguir manteniéndole, si prefieren decirle que no es normal…
Jim y el resto de vecinos buscan la forma de que involuntariamente Edward cometa algún error provocando daños. Lo hacen para demostrarle a la gente que es malo, que no deben aceptarlo. Esto es una constante cuando llega una persona distinta a un grupo, lo primero que se hace es rechazarle y por eso hay veces en las que cuesta integrarse con gente nueva. Ahí Burton está demostrando que él es diferente a la industria y pese a ello quiere hacerse un hueco porque cree en su potencial. Este es el mensaje que quiere lanzar a través del protagonista, pero no solo desde su caso particular, también para que sirva a otras personas.
Interesante reflexión y análisis sobre una de las películas de culto de Tim Burton