La normalidad no existe
- Uiso Crespo
- 10 sept 2020
- 2 Min. de lectura
Crítica de 'Un mundo normal'

La normalidad está sobrevalorada. Hay que buscar la forma de darle un enfoque cómico para despertar risas entre los presentes. De eso va la vida, donde a veces una noticia podemos recibirla como algo trágico o darle la vuelta para liberar tensiones. Ese incierto equilibrio es el que a priori puede resultarnos extraño, pero termina siendo lo más normal.
Sin que pueda resultar una paradoja eso es el día a día de los humanos. Sobre estas ideas gira Un mundo normal, una comedia dramática, con aire de road movie, dirigida por Achero Mañas. Tiene un primer acto abrumador, impulsado por la personalidad de la abuela (Magüi Mira). Ella es la que toma la decisión de que cuando muera lancen su cuerpo al mar. A raíz de esa imposición se mueve la cinta haciendo ver al espectador que a una madre hay que escucharla siempre. “Por una madre lo que haga falta”, repiten varios personajes.
Ernesto Alterio es el alter ego de Mañas, ofreciendo una interpretación excelente. Su personaje consigue despertar alguna carcajada incluso en las escenas más tristes de la película. Funciona gracias a ese viaje que lleva a uno mismo a conocerse y a aceptarse ante las complicaciones que le van surgiendo.
Recuerda a cintas como Vivir es fácil con los ojos cerrados o Diecisiete al conseguir que pese a que el ritmo sea lento resulte entretenida. Esta sensación se consigue especialmente con la música, la cual te mete de lleno en el argumento, especialmente en las secuencias finales al piano. La banda sonora de Vanessa Garde es el punto más fuerte del largometraje, que unido a la relación entre el padre y la hija, sostienen el empuje de la cinta.
Achero Mañas, director también de El bola, vuelve con este largometraje tras 10 años de ausencia. Lo hace aportando toques autobiográficos, metiéndose en las intimidades de los personajes, teniendo el salón y la caravana como escenarios ideales para compartir sus problemas.
Una película recomendable para entender que la normalidad no existe.
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